Cap6 CLASES DE SINIESTROS EN LA EXTINCION DE INCENDIOS

Clases de siniestros en la extinción de incendios
Curso online. Sumario: 1. Siniestros con explosiones. 2. El fuego en personas. 3. Fuego en forrajes, papeles, madera, carbón. 4. Fuegos en productos químicos. 5. Fuegos en locales con instalación eléctrica. 6. Fuegos en edificios. 7. Fuegos en chimeneas. 8. Fuegos en calderas de fuel-oil. 9. Fuego en vehículos. 10. Fuegos en camiones cisterna. 11. Fuegos en barcos y barcazas. 12. Fuegos en aviones.

Summary: Accidents with explosions. 2. The fire in people. 3. Fire in fodder, paper, wood, coal. 4. Fires in chemical products. 5. Fires in premises with electrical installation. 6. Fires in buildings. 7. Fires in chimneys. 8. Fires in fuel-oil boilers. 9. Fire in vehicles. 10. Fires in tanker trucks. 11. Fires on ships and barges. 12. Aircraft fires.


CLASES DE SINIESTROS EN EXTINCION DE INCENDIOS

"Cursos de formación y capacitación para bomberos"



1. SINIESTROS CON EXPLOSIONES

Las explosiones constituyen uno de los peligros más graves a los que está expuesto el personal en el curso de las operaciones de extinción de incendios.

  • No se puede combatir una explosión, ya que sus efectos son instantáneos, pero hay que esforzarse en prevenirlos, suprimiendo o combatiendo las causas capaces de producirla.

Se trata con frecuencia de mezclas detonantes que, en las debidas proporciones de gas o vapor de aire, son susceptibles de explotar en presencia de una llama o de una simple chispa, bajo el efecto de una elevación de temperatura, de una compresión brusca o de un choque (gas ciudad, acetileno, hidrógeno, óxido de carbono, hidrógeno sulfurado, amoniaco, vapores de bencina, de éter, de gasolina, de sulfuro de carbono, de alcohol, etc.).

Todos los cuerpos en un estado de extrema división, en suspensión en el aire, pueden, al inflamarse, producir explosiones (polvo de azúcar, madera, carbón, almidón, papel, corcho, aluminio, harina).

Las calderas, botellas de gases comprimidos, licuados o disueltos, compresores de gases inflamados o nocivos, generadores de acetileno, extintores de incendio, etc., constituyen asimismo a veces el origen de las explosiones.

El exceso de presión producido por una elevación de temperatura o por la descomposición rápida de determinados cuerpos encerrados en recipientes o locales más o menos cerrados, tuberías de conducción de gases, etc., provocan asimismo explosiones.



1.1. Precauciones en siniestros con explosiones

Cuando se teme una explosión, hay que tomar las siguientes medidas:
      1. Alejar a los curiosos y las personas inútiles.
      2. Suprimir todo foco, llama, posibilidad de formación de chispas por manipulación de aparato eléctrico, choque o fricción.
      3. Ventilar para evitar la formación de una mezcla detonante.
      4. Enfriar los tubos de gases comprimidos o licuados, los explosivos o los recipientes de hidrocarburos.
      5. Recubrir de arena seca las masas en fusión o en ignición (colada de metales, grasas de fundición, escorias).
La proyección del agua sobre tales masas puede producir una vaporización e incluso una descomposición instantánea del agua (el hidrógeno y el oxígeno en libertad provocan una explosión).

El empleo del agua, por consiguiente, está totalmente prohibido.


2. FUEGO EN PERSONAS

      1. Acostar a la persona lo más rápidamente posible e impedirle salir corriendo; de este modo se evita que las llamas activen y alcancen la cabeza.
      2. Envolverlas en una manta o un vestido; nunca emplear tejidos de fibras sintéticas, nylon u hojas de plástico.
      3. Hacerle rodar en el suelo protegiendo su cara y cuello, ordenándole que cierre los ojos y la boca.
      4. Completar la extinción con un extintor o cubo de agua.
      5. Llamar a un médico.
      6. No practicar ninguna cura.


3. FUEGO EN FORRAJES, PAPELES, MADERA, CARBON


3.1. Fuego en forrajes

Veamos el caso en que los forrajes estén almacenados en almiares y la fibra almacenada en locales.

Se atacarán las llamas con el mayor número posible de instalaciones de agua a chorro o pulverizada, según convenga. Se protegerá la estructura del local enfriándola.

Puede ser que se encuentren amontonados al aire libre: igual que en el caso anterior, se reducirán las llamas con chorros de agua, intentaremos proteger los montones vecinos al fuego y no afectados por él, primero lo haremos con aquellos que estén en la dirección del aire.

Si los forrajes y las fibras están en fardos, se extinguirán las llamas con agua y se protegerán los fardos que no hayan empezado a arder. En todos los casos es imprescindible remover los montones o fardos, esparcirlos e ir apagándolos totalmente.

Evítese caminar sobre los montones, pues el fuego puede haber formado cavidades y caer en ellas, si es necesario andar sobre ellos, colocar tablones o escaleras bien fijos y así caminaremos con toda seguridad.


3.2. Fuego de trapos

Los trapos secos y grasientos son muy inflamables, estos últimos pueden calentarse e incendiarse espontáneamente. El humo acre que desprende hace imprescindible la utilización del aparto respiratorio.

Se atacarán las llamas con agua, si es necesario se protegerá la estructura, así como todos los enseres que no hayan sido afectados por el fuego. Ventilar profusamente todo el local siniestrado. Esparcir todo lo atacado por el fuego, remojarlo y comprobar que todo a quedado extinguido completamente.


3.3. Fuegos de papeles

Estos fuegos, como todos sabemos, están clasificados en la clase "A". Se atacarán con chorros de agua.

Si el papel se encuentra suelto, como encontraríamos en oficinas por ejemplo, el fuego será fácil de atacar. Como siempre se protegerá todo aquello que no haya sufrido desperfectos, se ventilará el local, se refrigerarán las paredes más próximas...

Si el papel se encuentra almacenado en sótanos es necesario preverse del aparato respiratorio aislante, pues el humo que desprende es asfixiante. Se atacarán las llamas con el máximo de agua a chorro posible hasta su total extinción, se procurará ventilar el sótano, se protegerán todos los enseres y utensilios no atacados por el fuego, se refrescarán las paredes más afectadas; se procederá a remover y a la vez remojar todo el papel quemado hasta tener la completa seguridad de que el siniestro está totalmente extinguido.

El papel también lo podemos encontrar apilado. Entonces arderá lenta y dificultosamente.

Se atacarán las llamas directamente con agua a chorro, con el mayor número de instalaciones posibles y con la máxima presión. Se protegerán las pilas próximas que no hayan sido alcanzadas por las llamas.

Para extinguir el fuego totalmente de las pilas afectadas es necesario esparcirlas e irlas remojando a la vez, esto se hará una vez que las llamas hayan sido completamente extinguidas.

No se debe andar sobre las pilas de papel, pues es muy fácil que se produzca su derrumbamiento, al estar tales pilas minadas por el fuego. El trabajo de esparcir y separar las pilas quemadas de las que no lo están, es muchas veces necesario hacerlo con "toros", dada la gran cantidad de papel que puede haber apilado. Estas pilas de papel se pueden encontrar al aire libre (patios).

También es posible que se encuentren en locales cerrados. Entonces, al igual que se ha dicho para los sótanos, se empleará el aparato respiratorio aislante, se atacará el fuego directamente con agua a chorro, se intentará abrir puertas y ventanas para la aireación del local (NUNCA ANTES DE TENER LAS INSTALACIONES PREPARADAS Y EN ACTUACION), se protegerá maquinaria, enseres, es decir, todo lo que no haya sido afectado por el fuego, se refrescará la estructura, vigilaremos y nos protegeremos de posibles derrumbamientos.

En las fábricas de papeles pintados, si el fuego estalla en los secaderos, rápidamente adquiere grandes proporciones, incluso puede ser muy violento. Mientras atacamos la parte afectada, protegeremos y defenderemos las naves colindantes.

Nos asesoraremos por personal de la fábrica de dónde se encuentran ubicados los disolventes, pinturas, etc., para protegerlos y evitar su inflamación, y dispondremos los medios para evitar que el incendio llegue a ellos.



3.4. Fuegos en almacenes de madera

Frecuentemente se originan en las proximidades de las máquinas donde se encuentran montones de viruta y serrín. A menudo la propagación es muy rápida.

Como siempre que se trata de fuegos de la clase "A" lo atacaremos con agua a chorro, o pulverizada empleando el mayor número posible de instalaciones y a la máxima presión.

Igual que en los fuegos de los que hemos hablado anteriormente, procuraremos aislar el fuego para evitar su propagación a la maquinaria, pilas de madera próximas, demás utensilios, etc., vigilando y refrescando todas las paredes que hubiesen sido afectadas más o menos directamente por el fuego.



3.5. Fuegos de carbón

CARBON AL AIRE LIBRE

Si el volumen de carbón incendiado es reducido lo apagaremos fácilmente atacando con agua.

Si el volumen es considerable, lo intentaremos apagar con agua a chorros y a presión mientras que por medio de zanjas separaremos la masa afectada de la que no lo está.

El carbón incendiado lo iremos apagando a medida que la vamos dispersando.


CARBON EN SILOS

Intentaremos aislar el silo siniestrado extinguiendo todo el fuego de su alrededor.

Si la masa de carbón no es muy grande se puede apagar inundándola de agua. Si no es posible tal medida o vemos que es impotente, despejaremos y extenderemos el carbón al aire libre.

Al trabajar hay que ventilar todo perfectamente para evitar la asfixia por el óxido de carbono. Es esencial recordar en estos fuegos de carbón lo siguiente:

NUNCA ACTUAREMOS SOLOS Y SIEMPRE TOMAREMOS LAS MAXIMAS PRECAUCIONES CONTRA TAL PELIGRO DE ASFIXIA.



3.6. Fuegos de algodón

La extinción de estos fuegos no es fácil. Las balas de algodón húmedas o que contengan determinadas sustancias pueden inflamarse espontáneamente.

Hay que enfrentarse a él con el mayor número de instalaciones de agua a chorro y a presión.

Procuraremos aislarlo. Las balas de algodón se sacarán, se abrirán y a la vez se irán apagando totalmente. Esta operación se hará incluso con balas que parezcan intactas, pero que por su proximidad con las afectadas por el fuego, también lo puedan estar.

Deberemos asegurar una larga vigilancia aún después de la total extinción.


4. FUEGOS EN PRODUCTOS QUIMICOS

Estos fuegos, por lo general, son peligrosos por:
      1. La inflamabilidad de ciertos productos.
      2. Los riesgos de explosión por formación de mezclas detonantes.
      3. El desprendimiento de vapores nocivos o corrosivos.
      4. Las proyecciones de ácidos o materias cáusticas.

CONDUCTA QUE DEBEMOS ADOPTAR
      1. Informarse por personal autorizado de la empresa de la naturaleza y cantidad de productos que arden.
      2. Mantener alejados a espectadores y curiosos.
      3. Emplear aparatos respiratorios.
      4. Activar el fuego de forma masiva. Procurar, como siempre, fijar el fuego e impedir su propagación a naves o productos próximos. Si es necesario el traslado de determinados productos lo hará un especialista de la industria.

4.1. Alcohol y acetona

Si el fuego es todavía de poca importancia, se podrá combatir con polvo, espuma, CO2, agua pulverizada o un trapo húmedo.

Cuando el incendio se haya propagado, podemos arrojarle agua pues ambos se diluyen haciéndose menos combustibles.



4.2. Hidrocarburos líquidos

Las gasolinas, éteres, petróleos y aceites no se mezclan con el agua. Estas substancias, sobrenadando pueden seguir ardiendo y llevar el fuego a las proximidades e incluso a las alcantarillas.

Si se trata de conatos de incendios: Lo atacaremos con varios extintores.

Si el fuego es violento: Atacaremos con los máximos establecimientos de espuma y con polvo químico seco.

Si son depósitos los que se ven afectados es conveniente y necesario además de intentar sofocar el fuego, enfriarlos con agua, a ser posible pulverizada.

Cuidaremos y protegeremos rociándolos con agua otros depósitos próximos y no alcanzados por el fuego.

Al tirarle agua cuidaremos que no entre mucha cantidad en ellos para no provocar un desbordamiento.

El fuego lo atacaremos de forma que el chorro llegue tangencialmente a la superficie del líquido.


4.3. Gas ciudad y gases licuados del petróleo

Estos gases forman con el aire mezclas detonantes.

ESCAPE DE GAS INFLAMADO

En este caso no es de temer la explosión.

En el momento de llegar al lugar donde esté declarado el fuego lo que debemos hacer es lo siguiente:
      1. Alejar a los espectadores y curiosos - interceptar el conducto de llegada, bien cerrando la llave o en el contador.
      2. Cerrar la botella, siempre lo haremos con guantes gruesos con trapos mojados, NUNCA CON LAS MANOS DESNUDAS. Ventilar enérgicamente.
      3. Enfriar los recipientes alcanzados por el fuego.
La extinción puede realizarse con extintores de polvo, pero tenemos que tener presente que quedará un escape de gas capaz de producir la explosión o motivar un escape de gas capaz de producir la explosión o procederemos a la extinción hasta no estar seguros de interceptar el conducto o cegar el escape.

ESCAPE DE GAS NO INFLAMADO
      1. Alejar a espectadores y curiosos.
      2. Prohibir fumar y que se manejen aparatos eléctricos susceptibles de provocar chispas.
      3. Airear, ventilar lo máximo posible.
      4. Utilizar aparato respiratorio.
      5. Avisar urgentemente a la Compañía de Gas.
      6. Prohibir circulación de vehículos
      7. Apartar todos los materiales, objetos, etc., que podrían ser alcanzados por el fuego o explosión.
Para obturar un escape, si no se puede interceptar el conducto:
      1. Se taponará provisionalmente con trapos, masilla o con cinta adhesiva.
      2. En caso de urgencia, se aplasta el conducto si es de plomo.
NO BUSCAR NUNCA UN ESCAPE POR MEDIO DE UNA LLAMA AL DESCUBIERTO. EN BOTELLAS Y TANQUES FIJOS DE BUTANO Y PROPANO.

La extinción de un fuego producido por G.L.P. no tiene en sí ninguna dificultad. El polvo químico seco de bicarbonato sódico es de gran eficacia.

Pero si llevamos a cabo la extinción sin tener una absoluta certeza de que va a eliminarse inmediatamente la fuga de gas, encierra graves peligros, ya que de no conseguir eliminar dicha fuga se podría acumular gas en grandes cantidades y provocar una explosión o un incendio mayor que el inicial.

Las botellas de tipo doméstico, así como los tanques fijos, disponen de válvulas de seguridad cuya apertura tiene lugar a dos tercios de la presión de timbre. En caso de un excesivo calentamiento de uno de los depósitos, haría elevar la presión del butano o propano que contiene y provocaría la apertura de sus válvulas de seguridad.

El líquido contenido en el mismo sufre entonces una brusca evaporación, lo que provoca su enfriamiento y el descenso de la presión, disminuyendo de esta forma todo riesgo de explosión del depósito. Este mismo efecto se tiene cuando se produce una fuga en fase gaseosa. El mejor procedimiento a seguir para la extinción es cortar el flujo de gas.

Cuando el fuego tiene cierta importancia, sólo deberá apagarse reduciendo la fuga o si se tiene verdadera seguridad de poder reducirla inmediatamente después de la extinción. En caso contrario es preferible dejar arder, controlando los efectos térmicos para evitar un excesivo calentamiento.

En caso de un incendio en un local donde exista alguna botella de propano o butano, es absolutamente necesario retirarla, con el fin de evitarle un calentamiento excesivo que pueda provocar la salida del gas.

Si la causa fuera la botella o, sin serlo, estuviese encendida, también es necesario retirarla, procurando no apagarla hasta que se halle lejos de todo punto de ignición. Se cuidará de mantener siempre la botella con su válvula en posición elevada para evitar la fuga del producto en fase líquida.

En caso de un incendio de un grupo de botellas (almacén de distribuidor, camiones de reparto, etc...,) se impone una rápida y decidida intervención para separar las botellas incendiadas del resto y trasladarlas a lugar seguro, separadas unas de otras, donde se pueden dejar consumir. Para hacer esto se puede proceder a la extinción pero asegurándose antes de que no existan puntos de ignición que puedan reinflamarlas. Si esto no fuera posible por llevar mucho tiempo sometidas a la acción calorífica del incendio, se enfriará con agua abundante antes de cualquier acto o trabajo.


4.4. Fuego en plásticos

Los plásticos son materiales sintéticos formados por resinas que por medio del calor o la presión se pueden deformar y admiten una mecanización. Casi todas las materias plásticas son combustibles y desprenden al arder gases nocivos y corrosivos.

Siempre que asistimos a un fuego de plásticos intentaremos conocer la naturaleza de los peligros que presentan las materias inflamadas. Al iniciar la acción contra el fuego nos cubriremos con el aparato respiratorio aislante.

Emplearemos las máximas instalaciones de agua posible, ya que la mayoría de los gases nocivos emitidos son solubles en ella (amoniaco, cloro, óxido de nitrógeno). Llevaremos a cabo una enérgica ventilación del local siniestrado.

Como siempre, protegeremos todos los materiales y enseres que no hayan sido atacados por el fuego, refrescaremos las paredes,...

Si el fuego es de poca importancia lo podremos atacar con extintores de polvo.



4.5. Fuego en metales

Existen metales y aleaciones que en su estado habitual o pulverizado arden y con los cuales no son de aplicación las técnicas normales de extinción. Entre estos se encuentra el Sodio, Potasio, Cesio, Aluminio pulverizado, etc.

Para estos casos es eficaz el polvo antibrasa y a veces la arena, pero el agua produce efectos contrarios reavivando la combustión con reacciones violentas.


5. FUEGOS EN LOCALES CON INSTALACION ELECTRICA.


5.1. Baja y alta tensión

- Tensión muy baja: tensión inferior a 50 v. en corriente alterna o continua.
- Baja tensión: de 50 a 430 voltios en corriente alterna de 50 a 600 voltios en corriente continua
- Tensión media: de 400 a 1.000 voltios en corriente alterna de 600 a 1.600 voltios en corriente continua
- Alta tensión: tensión superior a 1.000 voltios en corriente alterna. tensión superior a 1.600 voltios en corriente continua.

Generalmente los conductos eléctricos son recorridos por corrientes de baja y media tensión. En este caso no debemos preocuparnos de la electricidad y el fuego lo combatiremos por los medios habituales.

Otros inmuebles están alimentados por cables de alta tensión, está casi siempre situada en la fachada, en la planta baja o en el sótano. En estos casos siempre debemos pedir el corte del suministro eléctrico.

Si se declara un fuego en el transformador o en su proximidad:
      1. Ordenaremos que avisen inmediatamente al Servicio de la Cía. Eléctrica, también recurriremos a la ayuda del personal calificado de la empresa.
      2. Prohibiremos que se toque ningún aparato o conductor de electricidad del inmueble, ya que todos los conductos del interior pueden recibir la corriente de llegada de alta tensión.
      3. Desde que tengamos la certeza de que la corriente ha sido cortada, apagaremos los fuegos por los medios habituales.
Las máquinas, tableros, aparatos de distribución, baterías de acumuladores, etc., los preservaremos del chorro de las lanzas, ya que el agua así empleada puede ocasionarles más daño que el mismo fuego, el agua siempre la emplearemos pulverizada. Deberemos vigilar que nadie se estacione debajo de los cables aéreos cuyos soportes pueden ceder.


CASOS EXCEPCIONALES

En los casos excepcionales (salvamentos o imposibilidad de lograr el corte de la corriente de alta tensión, por ejemplo) el agua pulverizada podrá ser utilizada en instalaciones de alta tensión (hasta 2.500 v.) antes del corte de la corriente, pero observaremos con todo rigor las siguientes normas:
      1. No utilizar más que agua pulverizada, para ello deberemos tener las lanzas de triple efecto, antes de proyectar el agua comprobaremos que la posición de la lanza es la de suministrar el agua pulverizada.
      2. No acercar la lanza a menos de 2 metros.
      3. Retroceder a la menor picazón.
      4. evitar la proyección de cantidades demasiado grandes de agua que, por chorreo, puedan constituir un peligro para el operador.


5.2. Electricidad estática

Todos los cuerpos pueden electrizarse por:
  • contacto o ruptura de contacto.
  • compresión o extensión.
  • calentamiento o enfriamiento.
  • fragmentación.
  • evaporación.
  • frotamiento.
  • trasvase de un líquido.


6. FUEGOS EN EDIFICIOS


6.1. Fuegos en forjados, tabiques y paneles de madera

Estos fuegos, en la mayoría de los casos son debidos a una deficiente instalación de los aparatos de calefacción o de los conductores eléctricos o bien a un vicio en la construcción.

El fuego de forjados o de tabique no se releva frecuentemente más que por el calor normal de ciertas partes o por el humo que sale de los intersticios. Pasando la mano por las partes dudosas, el calor permite situar el foco. Basta entonces con despejar ampliamente el lugar, la extinción, por medio de un trapo mojado o de agua pulverizada, resulta por lo general muy fácil.

Ocurre con frecuencia que el fuego se propaga de una viga a otra, dejando intervalos intactos. Una minuciosa inspección permite a veces descubrir la presencia de otro foco.



6.2. Fuego en habitaciones, oficinas y pisos

En las empresas los fuegos de oficinas son muy frecuentes; a menudo son ocasionados por una colilla o una cerilla tirada por descuido en una papelera; atacando en su comienzo, estos fuegos son generalmente fáciles de apagar, pero si han adquirido cierta importancia, es conveniente:
      1. Evitar las corrientes de aire.
      2. Alejar todos los objetos combustibles que se encuentran en la proximidad del corredor.
      3. Ordenar que se cierren las ventanas y los postigos de la planta situada encima del fuego.
      4. Abrir prudentemente la puerta de acceso, manteniéndose agachado al abrigo de la pared.
      5. Atacar la base de las llamas de los focos principales con el fin de abatir la potencia del fuego lo más rápidamente posible.


6.3. Fuegos en sótanos y bodegas

Estos fuegos se caracterizan por humos espesos y un fuerte calor.

El reconocimiento del fuego presenta a veces riesgos y ciertas dificultades, debido a la naturaleza de las materias en combustión y del itinerario a recorrer para descubrir el fuego. Cuando éste ha sido descubierto, por lo general basta con muy poca agua para apagarlo.

Las medidas a tomar serán las siguientes:
      1. Hacer cortar el gas, si lo hubiere.
      2. Proceder eventualmente a los salvamentos.
      3. Localizar el foco. Si el itinerario es complicado, colocar un compañero en la entrada del sótano y utilizar una cuerda para una mayor seguridad.
      4. Descender rápidamente la escalera, pues los gases calientes están en la parte alta.
      5. Encender la lámpara antes de entrar en el sótano.
      6. Avanzar con prudencia, manteniéndose lo más cerca posible del suelo donde el humo es menos denso. La visión de las llamas o el aumento de calor nos guiará hacia el foco.
      7. Localizado el foco, proceder a su extinción.


6.4. Fuegos en desvanes

A menudo atestados, sucios y en desorden, los desvanes constituyen un lugar de predilección para el fuego. Este puede ser provocado por una causa cualquiera (colilla, cerilla, corto circuito, etc.) y también por el empleo de planchas de plástico para techumbres que son fácilmente traspasadas por una pavesa, procedente de una chimenea vecina, por ejemplo.

En un fuego de desván hay que procurar:
      1. Proteger las partes esenciales: correas, caballetes, armaduras, etc., etc.
      2. Vigilar los desvanes vecinos cuando las paredes medianeras no superan la altura de las armaduras y las piezas de madera que forman los aleros comunican con la casa vecina.
      3. Evitar los accidentes:
          1. no dirigiendo el chorro de las lanzas sobre las tejas o pizarras que se desprenderían y caerían.
          2. no sobrecargando ni los techos ni los forjados de los desvanes.
          3. manteniéndose cerca de los puntos de apoyo del armazón localizando las claraboyas y, en caso necesario, recubriéndolas de planchas o de escaleras.


7. FUEGOS DE CHIMENEA

• INDICIOS: Los indicios pueden ser: olor de hollín, zumbido en el conducto, chispas en la cima de la chimenea, caídas de hollín, (inflamado o no) en el hogar, etc.

• CAUSAS: El fuego de chimenea resulta de la inflamación de los sedimentos que recubren el interior de los conductos de humo. Estos sedimentos (hollín, alquitrán) productos de la combustión son inflamados por las chispas o partículas en ignición que suben por el conducto.

• EXTINCION: Es difícil apagar un fuego de chimenea en la mayoría de los casos, debido a la imposibilidad de atacar directamente el foco.

Un fuego de chimenea puede tener consecuencias importantes; en efecto, puede:
      1. Agrietar el conducto de humo.
      2. Propagar el fuego a los niveles superiores.
      3. Provocar intoxicaciones por el óxido de carbono que desprende.
      4. Inflamar parte de la construcción u objetos combustibles situados cerca del conducto recalentado.
Es conveniente pues, no subestimar la gravedad de este fuego.

Normalmente apagaremos el fuego por sofocación, echando agua pulverizada o que descienda lentamente por las paredes, pues además de enfriar producimos vapor que ayudará la extinción por sofocación. Por dicho motivo, si es posible, lanzaremos agua pulverizada desde la parte más baja posible. Taponar la chimenea, cortando el tiro, ayudará a la sofocación.

En algunos casos deberá procederse a abrir un boquete a la altura del foco.


• EVITAREMOS: Echar agua a chorro, que por producir un enfriamiento brusco sobre una zona reducida, puede producir rotura o agrietamiento del conducto.


8. FUEGOS DE CALDERAS DE FUEL-OIL

Estos fuegos suelen ser provocados, generalmente, por el mal funcionamiento de los quemadores o del dispositivo de paro automático del fuel-oíl. Se deberá:
      1. Detener la llegada del fuel-oíl a la caldera por medio de la válvula especial cuyo mando se encuentra, en principio, en el exterior.
      2. Reconocer los lugares actuando según las normas proconizadas para los fuegos de sótanos o bodegas.
      3. Si la cantidad de fuel-oíl incendiado no es muy importante, realizar la extinción por medio de extintores, preferentemente de polvo. Proteger las inmediaciones.


9. FUEGO EN VEHICULOS

Si el fuego es de poca importancia, producido en los conductos eléctricos o por un excesivo recalentamiento, es preciso:
      1. Cortar el contacto.
      2. Desconectar la batería.
      3. Apagarlo con extintores (polvo seco, nieve carbónica).
Si el fuego ha tomado incremento procederemos a extinguirlo con instalaciones de agua; si el depósito no ha sido afectado lo protegeremos enfriando a se alrededor.

EVITAREMOS que el fuego se propague a vehículos próximos o a materias combustibles cercanas.



10. FUEGOS EN CAMIONES-CISTERNACISTERNAS PARA TRANSPORTE DE BUTANO Y PROPANO.

En la construcción de estas cisternas se han tomado una serie de precauciones encaminadas a evitar todo riesgo de fugas de gas, tanto en las operaciones de carga y descarga como durante el transporte. Así la chapa con acero de alta resistencia y elevado índice de alargamiento es muy adecuada para prevenir la rotura de choques o vuelcos.

Van equipadas de valvulería de cierre automático en el interior de la cuba y en todas sus bocas, lo que garantiza que se produzca una fuga de producto en caso de que un accidente dañase las válvulas manuales del exterior. Todos los restantes orificios van protegidos con limitadores de caudal con diámetro de salida máxima de 1,5 mm., esto garantiza que la fuga fuera insignificante.

Pero puede darse el caso de que estos vehículos se vean metidos en un fuego, bien producido en un accidente o bien por declararse donde estén estacionados. Hay que actuar muy rápidamente extinguido el incendio, si es posible se alejará la cisterna del fuego y si no lo es, se enfriará rociándola con agua abundante. Atacaremos el fuego de forma masiva, desde todos los ángulos posibles.

El calor hará subir la presión interior del gas. Vigilaremos el manómetro que lleva instalado y si vemos que esa presión llega próxima a los 20 kg/cm2., que es la máxima para su trabajo normal, impondríamos una rápida evacuación de la zona. Hay que tener en cuenta que los efectos de explosión de una cisterna de G.L.P. pueden alcanzar un radio de acción de más de 1 km.


Vehículos que transportan productos químicos peligrosos

Estos productos son inflamables, puede encenderse por calor, chispa o llama desnuda. Generalmente sus vapores son tóxicos, irritantes y pueden ocasionar graves quemaduras.

En caso de vuelco del vehículo o que se produzca una fuga en la cisterna, se intentará detener todo origen de fuego. No fumar, no producir chispas. Proveerse de un aparato respiratorio. Detener la fuga si es posible hacerlo sin peligro alguno. Utilizar agua pulverizada para abatir los vapores. Si no es posible recuperar el líquido o los charcos formados son pequeños, rociaremos su superficie con agua pulverizada.

Si el fuego es pequeño lo apagaremos con extintores de polvo seco o Co2.

Si es de mayor envergadura, emplearemos espuma. Enfriaremos con agua el depósito.

Siempre intentaremos impedir que el líquido inflamado o no se desparrame y se dirija hacia alcantarillas o cunetas.


11. FUEGOS EN BARCOS Y BARCAZAS

Estos fuegos tienen generalmente cierto parecido con los de los sótanos: difícil reconocimiento y localización del foco.

Se sobrentiende que estas operaciones, en caso necesario, van hermanadas o precedidas de las actuaciones para el salvamento de personas.
      1. Atacaremos el fuego con los procedimientos adecuados a la clase de fuego.
      2. Acercar el barco a la orilla o al muelle.
      3. Instalar una pasarela.
      4. Evitar utilizar una excesiva cantidad de agua en la extinción, si ello es imprescindible, procuraremos aspirar dicha agua con motobombas.


12. FUEGOS EN AVIONES

Se trata por lo general de una caída o de un aterrizaje brutal del aparato. Tratar de salvar por todos los medios a los supervivientes.

Los fuegos de gasolina o queroseno los extinguiremos con los medios adecuados (polvo, Co2,...) El fuego de las partes metálicas, interior del avión, equipajes, etc., lo atacaremos con instalaciones de agua a chorro o pulverizada.

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